LA MINA DEL CURA “ E “ LIMACHE.
Esta es la historia real, de un cura limachino que tuvo que salir ha ganarse“ los porotos “, como tantos de sus fieles, en la pequeña minería en el año del Señor por 1835. Sabemos que al Picunche, no le llamaba mayormente la atención las pepitas que cual lágrimas del sol, se desgranaban por los esteros del valle. Por 1460, nos invaden los Incásicos y barren el oro superficial del Chile central. En Diciembre de 1540, pasan por el sector de Queronque a los pies de Limache, los conquistadores europeos en pos del valle Mapocho-Maipo. Vienen para quedarse y para sostener el Reyno recurren a las arenas auríferas del estero Marga-Marga. 10 años después recurren a los placeres de Quilacoya, en la cuenca del río Bio-Bio. Ya no es tiempo de agacharse y coger pepitas, ahora las montañas del fondo del valle llamaran cada vez que se presenten crisis económicas y con mucho esfuerzo entregaran sus riquezas. Dependiendo la mayor o menor demanda de trigo de Potosí—Alto Perú--, o de años secos y merma de la agricultura, esos cerros paliaran la situación. Desde Curacaví, Colliguay, Altos de Llyu-Llyu a Ocoa se establecerán los piques o estacaminas, de este curato de Limache, el sector más importante fue La Dormida, lugar adonde el tesorero de su graciosa majestad instalo un Alcalde de minas o Capitanía General de registros de Minas. Para las recaudaciones del caso según los interesados en instalar frentes de laboreo
En 1761, solicitaron y cancelaron permiso para instalar faenas 36 mineros, por nombrar algunos, Andrés Alvarado, José Gamboa. Y distinto de lo que podría creerse no es el oro el más apetecido o encontrado, por plata se declaran cuatro faenas, por oro ocho, por azogue cuatro, por cobre 56, por otros 18. Y así, las faenas aumentaran o disminuirán según la mayor o menor actividad del Reyno, en las épocas de vacas flacas, poca demanda de empleos, a trabajar en forma independiente a los cerros cercanos. Otro factor y nuevo, desconocido, se hace presente en Chile y suponemos que en las otras colonias sucedería algo parecido, los problemas napoleónicos en España y primeros pasos de Independencia.
Estos nuevos sobresaltos y períodos de poca estabilidad, en que dependiendo del bando Patriota o Realista que prevalezca, lo natural era pedir contribuciones o cooperación con la carabina a la vista, e incluso cuando el secretario de don Bernardo O¨higgins buscaba recursos para instalar el premier Cementerio General, uno de los posibles contribuyentes que por enésima vez se le solicitaba, fuera de si, en medio de la calle exclamo ¡con esto de la Patria estoy hasta la coronilla!!.
De lo que recordamos, crítico fue del año 1808 al 1835 por los nuevos acontecimientos que se presentaron, sin dejar de considerar los acostumbrados terremotos y los brotes de alguna peste.
Nos gobernaba en nombre de se Majestad don Luís Muñoz de Guzmán, 1808, la madre Patria esta en guerra con Inglaterra y pide a sus colonias ayuda financiera, en el caso de Chile debe mandar 50.000 pesos oro, se pide al que puede dar, una contribución especial, cuya respuesta deberá ser si o si. Una respuesta negativa puede traer como resultado la caducidad de la licencia para trabajar las tierras de la Corona, ya que primero están los intereses de su Majestad y después de los Vasallos. Al poco tiempo después llegan alarmantes noticias de Buenos Aires, que los ingleses han desembarcado y son dueños de la ciudad, luego marcharan sobre Chile. Don Luís Muñoz se prepara convocando a 16.000 reclutas, y durante cuatro meses los prepara en el lugar llamado Las Lomas, más contribuciones. Buenos Aires rechaza a los ingleses, Chile manda ayuda para los huérfanos y viudas, más contribuciones. Vendrá la Patria Vieja, Reconquista y Patria Nueva, ambos bandos solicitan erogaciones y pagarés a fecha indeterminada. Escuadra Libertadora al Perú, Argentina diside no cooperar, la joven República necesita funcionar, más recursos. A veces fueron empréstitos forzosos, a don Bernardo O^higgins nunca se le devolvió las 4.000 cabezas de ganado heredadas de su padre, que le quedaba al resto. Después vendrá lo que los historiadores llaman período anárquico. Finalizando este resumen de este época, para comprender el porque de algunos sucesos, que la historia generalmente no considera, la atmósfera que se respiraba, digamos que Chile continuaba con su pesado lastre colonial, consumir más que lo que produce y sumando lo narrado, no era propicio emprender o no había medios monetarios para activar la economía, nos encontramos con un cansancio de pago o de contribuir. Además concluida con éxito, la misión de la escuadra Libertadora, Perú, de lo prometido, no cumplió con ningún centavo y el país se encuentra ya en la obligación de servir la deuda contraída con la banca inglesa, para dicha expedición al Norte.
Por lo tanto, esta realidad no es ajena a nuestro valle, ya que somos vecinos del lugar adonde se toman las decisiones. Pocos emprendimientos, falta de circulante, llego el caso que latones, o en suelas de cuero de vacuno, algunos particulares sellaron dinero, para pagar y luego servían para adquirirles mercaderías a ellos mismos. Esto lo narra don José Zapiola, patriota de la Independencia.
Músico, compositor del segundo himno Nacional de Chile, la Canción de Yungay. Aún quedan huellas del terremoto de 1822, que asoló a toda nuestra región y no quedo adove parado.
Nos imaginamos en lo económico, nuestro valle alicaído, falta alimento para las familias, la autoridad esta lejos y en otros menesteres, la necesidad es grande, solo en este marco es comprensible, que, al parecer caso único en Chile, el querido cura, se lanza a la montaña, tras el pan de cada día, en el oficio de pirquinero. Muchos le siguen, después de probar fortuna durante meses con variables resultados, al mismo tiempo que cristianizaba aquellas serranías, casando a los que vivían en pecado, recuperando para le fe a los niños" moros" y asistiendo a los que llamaba San Pedro. Seguramente con un grueso crucifico colgando en su pecho y un corvo en la faja, porque en aquellas viñas del Señor habían ovejas y escorpiones. Uno de esos días, estando cateando en la ladera de una quebrada del Cerro La Campana, dio con una veta bastante más que aceptable, de lo regular que encontraban estos pequeños mineros, que de herramientas solo contaban con sus brazos y un par de utensilios. Estando a la vista un buen trozo de cobre, el buen cura mirando al cielo dijo, ¡¡ gracias a Dios!! o al diablo le respondió un minero socarrón y mal hablado. La noticia corrió por todo el cordón montañoso desde Lo Prado en Curacaví, altos de Llyu-Llyu a los cerros de Ocoa y fue de fama “ la mina del cura “e Limache “. E incluso surgieron pedimentos por Lampa, Maitenes de Tiltil, cerros de San Pedro y en la quebrada de los Alvarado se intensificaron las faenas. Esto trajo un bienhechor ambiente en toda la zona, optimismo, al redoblar los esfuerzos, emprender con más fe los trabajos, se descubrieron nuevas vetas, ya había como parar la olla, nadie se enriqueció pero también es cierto que la situación mejoro y a los que se quedaron en el valle también se le multiplicaron los panes. El buen cura con lo ganado y lo aportado por los feligreses, dejara un legado a Limache hasta el día de hoy. Como lo podemos comprobar en los párrafos pucha-kay el cura “ porfíao “. Este ciclo minero allá en el fondo de los cerros comienza ha declinar, por los mejores salarios que llegan con la construcción del canal Waddington,
lecherías y ferrocarril entre otros, ha partir de 1845. De lo que queremos dejar constancia es de lo que aportó con su actitud el cura párroco de la Iglesia de la Santa Cruz de Limache, en un momento difícil para todo el curato y por ende para toda su feligresía, supo en el momento preciso ponerse en el caso de la gente y al estar estas un tanto incrédulas de mejores tiempos, predico con el ejemplo, con los resultados ya conocidos, este cura párroco se llamó Diego Bravo.
Andrés Moyano Vásquez. Comuna de Limache.
sábado, 23 de junio de 2007
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1 comentario:
Muchas gracias , muy entretenido y didáctico .
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