sábado, 23 de junio de 2007

Las garzas Avenida Urmeneta Limache.

LAS GARZAS DE AVENIDA URMENETA.

Pintorescas para algunos, fastidiosas y mal olientas para otros, al parecer no hay términos medios, como también otro es el caso de si solo las vemos al pasar o acaso convivimos con ellas. El asunto es que ha nadie dejan indiferente. Hasta el momento se han adueñado de un sector de Avenida Urmeneta, entre Pedro de Valdivia y Ramón Freire. Poco después de aclarar se les ve alzar vuelo a sus lugares de sustento, la periocidad de retorno dependerá si el nido está vacío o hay polluelos que alimentar. Por lo tanto a veces solo se les observa muy de mañana y cuando vuelven al atardecer, caso contrario es un ir y venir, motivado por las insaciables crías que son atendidas por ambos padres. En las altas y macizas copas de los Plátanos Orientales han fijado residencia estas vistosas aves desde hace algunos veinte años. Este caso no es nuevo en la comuna, en otros sectores se ha dado el caso esporádico de una gran concentración por algún tiempo en lugares muy cercanos a villas y poblaciones. Por su inconfundible olor se ha buscado la forma que se alejen.

Es asidua visitante de ríos, vegas, esteros y lagunas, es ribereña, parte de su dieta a más de los peces, son los mosquitos y zancudos especialmente los que pululan en las aguas estancadas, algunos de estos mosquitos son portadores de contagios o sus picaduras son muy dolorosas, caso del Tábano. También se les ve, especialmente a las más jóvenes, andar en bandadas tras las lombrices que van quedando al descubierto, en la tierra húmeda y recién arada. Igualmente en torno al ganado que pasta, ya que este al lentamente desplazarse, hace que levanten vuelo distintos insectos rastreros y la garza aprovecha de cazarlos al vuelo. Algunas frescas paradas sobre el lomo de algún animal, como caballo o vacuno atrapan insectos desde esa cómoda posición y asean de parásitos a su ocasional portador. El rechazo generalizado a estas aves obedece a que su principal dietas son los pequeños peces o Puyes, y por esa razón su evacuación intestinal es fétida y queda cada huella.

En el caso de las que habitan en el centro de San Francisco, en la Avenida que mencionados, se ha hecho todo lo posible por erradicarlas e incluso con métodos que han irritado a los ambientalistas y ecológicos, hasta la fecha no se han conseguido resultados, ¿cual es la causa y razón de tal pertinaz porfía por no marcharse?, creemos tener una posible respuesta.
Las garzas solo tratan de sobrevivir, el ser humano a ellas y otras especies les invade sus inmemoriales territorios. Ellas fueron las reinas de la cuenca del estero Limache, por milenios, hoy ven deforestados los bosque y matorrales, mecánicamente domesticado su estero y cada vez se les cercenan sus amplios horizontes de vida, pletóricos de amplitud ayer. Igualmente se les persigue con rifles a postones, los perros vagos las acechan, niños sin ningún sentido de conservación le tiran piedras. Esta garza chica,--Florida Thula vive desde Atacama al sur de Chile, asociada a ríos, lagos, tranques, lagunas y esteros. Es la más pequeña y numerosa de las garzas chilenas. Es de color blanco con las patas amarillas y el pico negro, detalle que las diferencia de la garza grande y la boyera.

Durante la época reproductora, a los machos les crecen unas bellas plumas largas sobre la cabeza, rabadilla y pecho, las que usan durante el cortejo, para atraer las hembras e intimidad a los rivales. Son muy gregarias, construyen su nido en los totorales rodeados de agua o sobre la copa de los árboles, instinto de protección ancestral ante el zorro. Pone entre dos y cinco huevos de color celeste. El cuidado de las crías está a cargo de ambos padres. Se alimenta de anfibios, pequeños peces, insectos y otros invertebrados.
Decíamos posiblemente tener una respuesta para que las garzas de Avenida Urmeneta, no desalojen el lugar, después de tantas tentativas realizadas. El lugar no es seguro para ellas, en el sector abundan el ruido de frenadas, bocinazos, humo de motores o quema de hojas. A veces por una mala maniobra o golpe imprevisto de viento alguna se daña un ala, un algún inexperto polluelo se cae del nido o torpemente pretendiendo iniciar sus primeras escaramuzas de vuelo, terminen por el suelo y el resultado final es bajo un neumático o en las fauces de un perro callejero. ¿Entonces porque tanta porfía en marcharse del lugar?.

Recuerdo que cuando muchacho trabaje durante seis años en una farmacia de la zona, la bodega estaba en el segundo piso, algo que nunca se me olvido fuera de lo que se me enseño, es que los Lunes o después de un festivo al no estar de turno, quedando herméticamente cerrada dicha bodega, al abrirla el olor a aceite de pescado golpeaba por lo fuerte. Razones, la mayoría de las vitaminas, complejos B y especialmente la A, provenían del hígado de bacalao o de los escualos. Por lo tanto la respuesta de la tozudez de las garzas para marcharse del lugar comentado, que para algunos es molesto y anti- higiénico y para otros novedad y curiosidad, seria lo que en el cerebro o en el ADN del ave esta impreso desde la creación y que no es otra cosa que seguir el olor o sentir agradable el aroma que emana desde la cercanía y que es la esencia misma de su existencia, no siendo otra cosa que la fragancia que envuelve al animal, es decir, comida. Esta sería la razón de su porfía por hacer abandono de esos árboles, irían contra su instinto, por lo tanto aún a consta de sus vidas no se irá del lugar, siente olor a comida, a peces. Las garzas porfiadas solo obedecen a su naturaleza, además su olfato es más del doble, que un ser humano. Algún día la ciencia dirá la última palabra en torno a este interesante caso.

ANDRÉS MOYANO VÁSQUEZ. COMUNA DE LIMACHE.

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